Léase por favor Juan 13:1-16
Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre…
De nuevo vemos la divinidad de Jesús en nuestro evangelio de Juan. Sabiendo Jesús
nos enseña otra vez del omnisciente Dios, morando entre los hombres en la forma de hombre. Y este hombre era hombre de amor eterno. Cómo había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Acaso preguntamos qué quiere decir en el versículo el fin.
Sugiero que su sentido puede ser doble; primero, anticipando la muerte cruel de la cruz y todo su sufrimiento, vemos la verdad de Cantares 8:6 Porque fuerte es como la muerte el amor.
En ingles y acaso también en español tenemos un himno de adoración que dice “el amor que fue más fuerte que la muerte.” Así su amor no se cambiaba a cobardía, enfrentando tal muerte, y eso sabiendo de todo el costo, hasta el abandono de Dios en tres horas de tinieblas. Los amó hasta el fin a los suyos. El otro sentido, me parece, es eso de que nos habla en Jeremías 31:3 Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado.
¡Que tranquilidad y adoración debe producir en nuestros corazones este eterno amor todo el tiempo, pero especialmente hoy, sentado en su presencia con fin de recordarlo en su muerte!
Los versos 2 y 3 siguen con el mismo tema de Jesús, a la vez el ser humano perfecto y la persona divina, sabía que Judas le iba a entregar, motivado por Satanás y que había salido de Dios e iba a Dios. Lo que sigue es otra de las cosas distintas del evangelio de Juan; esta persona divina humillándose para lavar los pies de sus discípulos. A menudo leemos los versículos en Isaías 53, empezando con el capítulo 52, verso 13. He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto.
Pablo aconsejaba a Timoteo acerca del comportamiento del siervo en 2 Timoteo 2:24 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido.
¿No nos puso el perfecto ejemplo Jesús, como siervo lavando los pies de sus discípulos? ¡Como el orgullo y la soberbia nos tropiezan a nosotros como hermanos en Cristo! Nuestro hermano Jim Hyland, que partió tan joven al Señor con cáncer, comentaba una vez algo que me ha pegado en la mente. Era algo sencillo y a la vez profundo; el capítulo 18 de Mateo que nos da el versículo 20. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Este capítulo, comentaba Jim Hyland, empieza con humildad como el niño y termina con una historia enseñando el perdón entre hermanos. No es por nada que el versículo que confiamos nos promete su presencia entre nosotros tendría como la humildad a un lado y el perdón al otro lado. Solo así podemos caminar como hermanos congregados a su santo nombre. En este capítulo vemos el perfecto ejemplo de esta humildad con Jesús lavando los pies de sus discípulos.
Como a frecuencia vemos a Pedro dando voces, tratando de corregir a su amo. Pedro veía la humildad mostrada y protesta en contra No me lavarás los pies jamás.
Hay los que siguen este rito, pensando que es literal como nosotros tomamos de literal el partimiento de pan, algo que practicamos cada primer día de la semana. ¿Por qué, entonces, no practicamos literalmente también este rito de lavar los pies los unos a los otros? (Quiero ser sincero que no critico a los que lo toman literalmente.) Contesto esta pregunta por las palabras mismas del Señor. Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.
Claro que Pedro entendía muy bien la práctica de un siervo lavando los pies, pues era algo que siempre se hacía en aquellos tiempos de los pies sucios por caminar sobre caminos de polvo con sandalias. La mujer pecadora de Lucas 7 lavaba los pies del Señor Jesús, algo que el fariseo Simón no hacía por el Señor Jesús. Así el Señor, diciendo lo que hago no comprendes
nos dice que usaba algo literal como para enseñar una cosa espiritual.
Además, vemos como las protestas de Pedro nos dejan entender algo más sobre el lavar los pies y el baño completo. El que está lavado
(mejor traducido bañado
), no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio.
Se refiere, a lo mejor, a los ritos de los sacerdotes. Al empezar su servicio, eran bañados, según Levítico 8:6 Entonces Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua.
Pero a pesar de eso, Éxodo 30:19-20 nos dice de ella se lavarán Aarón y sus hijos las manos y los pies. Cuando entren en el tabernáculo de reunión…
Pablo dijo a los Corintios, antes paganos acostumbrados a practicar pecados graves Y esto erais algunos; más ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús.
1 Corintios 6:11 Somos todo limpio por haber sido lavados o bañados ambos con la sangre de Jesús y el agua de regeneración cuando fuimos salvos por Jesús. Pero este mundo es un lugar sucio y tenemos que caminar en ello. Por eso hermanos, necesitamos la lectura de la Biblia, no solo en la casa, tan bueno que es, pero también corporalmente como en una reunión de lectura o un ministerio. También hay lo de personal, de lavar los pies de nuestros hermanos en nuestra conversación o visitas, con la ternura y amor que mostraba nuestro mejor ejemplo, el Señor Jesús en este capítulo.
Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre…
Felipe Fournier
10 septiembre de 2023