Juan 14 continuado: El Consolador introducido

Léase por favor Juan 14:11-29

Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.

¿De que pensamos cuando leemos este versículo? Confieso cuando pienso de obras de Jesús, casi siempre me ocurre las maravillas que él hacía, curando a los enfermos y dando vista a los ciegos, hasta levantar de los muertos, en tres ocasiones, personas ya muertas. Y claro, estas eran todas obras que manifestaban su poder como Dios manifestado en carne, y aun así, los lideres religiosos buscaban como disminuir o eliminar el poder de sus obras en vez de creer en él. Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús. Juan 12:10-11

Sin embargo, estos muchos de los judíos, ¿cuántos eran? No podemos saber con certeza, pero en el libro de los Hechos, vemos en el capítulo 1, verso 15, que su número era ciento veinte y a menudo hemos usado este número como la cantidad en el capítulo 2 de los Hechos. Sugiero otro número basado en lo que dijo Pablo en 1 Corintios 15:6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez… Sabemos que los hermanos así nombrados no simplemente eran hermanos judíos, sino creyentes en el Señor Jesús pues ninguno de los incrédulos vio a Jesús resucitado. Pero voy con esto hacia este versículo de nuestro capítulo El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. Hemos hablado sobre las muchas maravillas que hacían los discípulos en el libro de los Hechos, maravillas que incluían hasta la sombra de Pedro pasando sobre los enfermos y fueron curados. Hechos 5:15 Pero pienso que las obras de que se habla aquí tienen que ver con los muchos salvados de sus pecados a arrepentimiento y fe en el Señor Jesús. Por el poder del Espíritu Santo descendido del cielo y morando en ellos porque Jesús iba al Padre, fueron salvos en el capítulo 2 de los Hechos, tres mil y en el capítulo 4, cinco mil. Así pienso yo que las obras mayores no eran los curados de enfermedades, sino más bien el número de personas salvas por el poder del Espíritu Santo. Así se ha dicho que, aunque en nuestras Biblias el título de los Hecho es “Hechos de los apóstoles” mejor seria “Hechos del Espíritu Santo.” Y no solo era el número de salvos, sino también la mucho más grande esfera de bendición a donde iba el evangelio de la gracia. Desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. Romanos 15:19 Después, su ministerio llegaba aún más allá al mismo palacio de Cesar, en Roma. Todos los santos os saludan, y especialmente los de la casa de César. Filipenses 4:19

Continuando en nuestro capítulo vemos que Jesús les decía a sus discípulos que iban a pedir al Padre en su nombre para recibir sus peticiones. Jesús no estaba diciendo que añadir su nombre al fin de una petición llegaría a ser una vara mágica para producir milagros, sino el pedir según sus intereses en el mundo, siendo el mismo ausente. Eso hicieron en la oración corporal en el capítulo 4 de los Hechos. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. No digo que está mal añadir el nombre de Jesús a nuestras oraciones, sino simplemente darnos cuenta del tema aquí en Juan 14. El Señor los estaba preparando por su ausencia presencial con ellos, dándolos instrucciones y además, diciéndoles las bendiciones que iban a recibir a través de su presencia con el Padre en la gloria, después de haber hecho la redención por su muerte y resurrección.

La nueva palabra introducida por ellos era Consolador. Ahora Consolador significa “Alguien que está al lado para ayudar.” Jesús mismo había sido esto entre ellos en la tierra, y todavía lo sería, aunque ausente de ellos en el cielo, pues Abogado (1 Juan 2:1) es la misma palabra. Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. El Espíritu sería esto con nosotros aquí en la tierra, y una vez que venga, permanecerá con ellos (y por supuesto nosotros también) para siempre. Me gusta mucho la nota que tiene la traducción de Juan Darby de este versículo de 1 Juan 2:1 Darby usaba la palabra “Patrón.” Aquí está la traducción de su nota:

Parakletos, como ‘consolador’, Juan 14:16,26; 15:26; 16:7. Cristo maneja todos nuestros asuntos por nosotros arriba; el Espíritu Santo abajo. Utilizo ‘patrón’ en el sentido más bien del patrón romano, que defendía los intereses de sus clientes en todos los sentidos. Así Cristo en las alturas; el Espíritu aquí para los santos.

¡Que gozo por nosotros y que confianza nos llena saber esto, que en el cielo y aquí en la tierra tenemos el que nos mantiene en todos los sentidos! Por eso vemos el verso tan conocido, Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Felipe Fournier
8 octubre de 2023