Léase por favor Mateo 17:1-13
Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos…
Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó.
Salmo 90:4
Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.
2 Pedro 3:8
Comparando los seis días mencionados con los versos en Salmo 90 y 2 Pedro, nos hace pensar de seis mil años, que según lo que entendemos de la Biblia representa la historia del ser humano y los tratos de Dios con él hasta el día de hoy. Así falta poco para que establezca el reino del Señor Jesucristo en gloria, poder, y justicia. Sabiendo que la venida del Señor en el arrebatamiento ocurre por lo menos siete años antes de su venida en la manifestación, podemos estar seguro que no falta mucho para que el Señor venga por nosotros.
Hay dos personajes bien conocidos del antiguo testamento que son testigos de la gloria del Señor Jesús en su reino. Moisés, quien murió, y Elías, quien fue arrebatado al cielo sin morir representan a dos clases de personas que verán el reino desde el lado del cielo. Moisés representa a los santos del antiguo testamento que murieron en fe y los demás desde el principio de la iglesia que han muertos en la fe. Elías representa a los que serán arrebatados sin morir cuando el Señor viene. Los tres discípulos, viendo la escena de gloria del lado de la tierra representan al fiel remanente de Israel, de los cuales algunos sobreviven la gran tribulación y entrarán en el reino terrenal. Los demás discípulos, dejados a la base de la montaña, representan a las naciones de los gentiles que creerán el evangelio del reino.
El impetuoso Pedro estaba muy emocionado al ver la gloria del reino en visión. Tenía muchas ganas de hacerlo permanente, pidiendo al Señor que se hiciera tres enramadas, o viviendas, como pensar que esta escena podría continuar. Pero se equivocaba en dos formas; primeramente, no se podía poner a Moisés y Elías al mismo nivel del Hijo de Dios. Segundo, como se había enseñado antes, el reino no iba a aparecer antes de la muerte y resurrección de Cristo Jesús. El Padre Dios no iba a dejar que Pedro pusiera a Jesús al nivel de meros hombres, aunque hombres de mucha importancia y fidelidad, y así vino la nube para esconder a Moisés y Elías. La voz de Dios proclamaba su deber; Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd … Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo.
Hay una lección practica por nosotros en esta visión en el monte. El afecto de este mundo tiene la tendencia de distraernos del objeto que Dios ha puesto delante de nosotros como creyentes en el Señor Jesús como nuestro Salvador eterno. Dios a menudo trae las nubes de dificultades y cosas difíciles de entender en nuestras vidas. Nos dice los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor.
¿No podemos decir lo mismo? A veces las cosas que Dios trae a nuestras vidas si nos dan gran temor. Pero la parte que sigue es de mucho ánimo; Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis. Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo.
Así la amonestación a los cristianos hebreos Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
Hebreos 12:1-3
Volviendo a nuestro capítulo, los tres discípulos se acuerdan del dicho de los lideres (sin duda otro pretexto por su incredulidad) que Elías tenia que venir antes. Ellos acaban de ver a Elías en el monte y así piden una explicación. ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
La referencia viene de Malaquías 4:5 He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.
El pretexto de rechazar a Jesús por falta de ver a Elías primero otra vez enseña que el problema era su falta de fe. Moisés había dicho, después de cuarenta años de fracaso en el desierto Porque son una generación perversa, hijos sin fe.
Deuteronomio 32:20 Jesús les explica a los tres que no era Elías en sí que había venido, sino Juan Bautista, como el ángel anunciaba a su padre Zacarias; E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.
Lucas 1:17 Por haber rechazado el testimonio de Juan, profeta enviado por Dios mismo, así también rechazaron al Señor Jesús, y por eso el Señor les dijo a los tres discípulos No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos.
Pedro así lo hizo en su segunda carta, primer capítulo.
Dios mediante, en el próximo estudio, veremos algo sobre esta resurrección de que Jesús hablaba, algo no entendido en el antiguo testamento.
Felipe Fournier
31 agosto de 2025