Léase por favor Mateo 17:9-27
Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos.
Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; mas al tercer día resucitará.
Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
Juan 11:23-24
Nosotros, participantes y ciudadanos celestiales, acaso sorprendemos de lo poco que los judíos entendían de la resurrección de los muertos. Nos dice Marcos, contando la misma historia del Señor Jesús en el monte de la transfiguración, Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos.
Marcos 9:10 Los discípulos entendieron lo mismo que Marta, cuando habló de su hermano, ya muerto, que iba a resucitar en el día postrero con los demás muertos. Como hemos visto muchas veces en otros estudios anteriores, la esperanza del judío fiel a Dios no era el cielo, sino una vida larga en la tierra. Todas sus esperanzas eran terrenales y así la resurrección de entre los muertos (unos resucitados, otros dejados en la tumba) no los tocaba como algo de reflexionar. Sin embargo, Jesús hablaba de la resurrección de entre los muertos, de los cuales él mismo era el primogénito. Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos…
Apocalipsis 1:5 El hermano de Marta también resucitó de entre los muertos, pero volvió a morir, como todos los otros que resucitaron en el antiguo y el nuevo testamento. El Señor Jesús es el primero que resucitó con un cuerpo glorificado, un cuerpo ya no sujeto a la muerte.
Nosotros entendemos, por la revelación de las epístolas, que los muertos en Cristo resucitarán primero, con cuerpos semejantes al cuerpo de Cristo, cuerpos ya no sujetos a la corrupción, según 1 Corintios 15:42. Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.
1 Tesalonicenses 4 nos dice que esto ocurriría cuando el Señor Jesús viene en el arrebatamiento. Juan 5:29 nos cuenta que esta resurrección se llama la resurrección de vida; los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida…
Lucas nos dice que también se llama la resurrección de los justos; …pero te será recompensado en la resurrección de los justos.
Lucas 14:14 Apocalipsis lo llama la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Apocalipsis 20:6 Sabiendo que estos versículos refieren a los mártires de la gran tribulación, nos damos cuenta de que la primera resurrección tiene tres etapas; primero, el primogénito de entre los muertos, Jesucristo; segundo, todos los muertos en Cristo que incluye todos los desde la creación que murieron en fe, en el arrebatamiento; tercero, los mártires de la gran tribulación serán resucitados según el verso en Apocalipsis 20. Por fin, los muertos sin fe serán resucitados en la resurrección de condenación (Juan 5:29) para ser reunidos con sus almas y espíritus, por ser juzgados en el gran trono blanco. Y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
Apocalipsis 20:13-14 La muerte
es la residencia de los cuerpos. El Hades
es la residencia temporal de los espíritus y almas. Esta resurrección de condenación consiste solo de los que murieron sin fe. (Hablando de la primera resurrección de vida, hay que tener en cuenta que nadie será resucitado para vivir en la tierra. Todos los que murieron en fe tendrán una herencia celestial.)
Volviendo a nuestro capítulo, vemos a los discípulos en la base de la montaña enfrentados con un joven con demonio que no podían echar. Ilustra otra vez el poder de Satanás obrando en los infieles del día futuro que confiarán en el anticristo. Cuando Cristo aparece en su venida en la manifestación, los fieles serán apartados de este espíritu de demonio para participar en el reino de Cristo terrenal, tal como el joven fue curado. Será necesario la fe, la oración y el ayuno, cosa que en aquel tiempo faltaba en los discípulos y, aplicando la situación a nosotros mismos, vemos que las dificultades de la vida necesitan estas tres cosas en nosotros también, para que seamos vencedores.
El capítulo termina con otra ilustración de la falta de entendimiento de parte de los discípulos, y en este caso, Pedro. Pensando que su maestro fuera un judío bueno, dijo que pagaría el impuesto del templo, pero no pensaba quien era Jesús, el Hijo de Dios. Los reyes de la tierra no cobran impuestos de sus hijos, y así no era necesario que Jesús pagara el impuesto, pero por no ofenderlos, Cristo dio a Pedro una forma singular de pagar por ellos dos. Jesús aún no se presentaba como Hijo de rey y así se sujetaba a pagar el tributo. En el aquel día del reino, el mar donde Pedro sacó el pez, representa las naciones de los gentiles, rendirán a la nación de Israel su tributo.
Felipe Fournier
7 septiembre de 2025