Léase por favor Mateo 18:1-6
En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?
Así empieza nuestro capítulo y vemos otra vez como la Biblia no disfraza a los discípulos como las pinturas de antigüedad que los ilustraron con una aurora encima de sus cabezas. Eran pecadores tal como usted y yo, y a menudo con pensamientos carnales, como se muestra en esta pregunta. Era bueno que estaban pensando del reino de su Mesías; pero a la vez, que triste ver su pregunta, justo después de su fracaso cuando intentaron echar el demonio del joven poseído, y les fue revelado que les faltaba la fe, la oración y el ayuno. Y ahora, quieren saber quién es el mayor.
La humildad no es un atributo deseable, solo manifestado con la venida de Jesucristo. El profeta Isaías escribió; Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
Isaías 57:15 En la época del rey corrupto y carnal, Acab, que acababa de matar a Nabot por ganar su viña (aunque no era él mismo, sino a través de la manipulación de su malvada esposa Jezabel), el profeta Elías pronunció un severo juicio que iba a caer sobre él y su casa. Pero Acab se humilló después de escuchar este mensaje de Elías, y vemos que sucedió. Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado. Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: ¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa.
1 Reyes 21:27-29 Este dicho de Jehová siempre me ha impresionado, dado la maldad de aquel hombre. Justo antes en el mismo capítulo 21 de 1 Reyes, hay una expresión en paréntesis dicho por el Espíritu Santo al autor de 1 Reyes que dice así; (A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba. Él fue en gran manera abominable, caminando en pos de los ídolos, conforme a todo lo que hicieron los amorreos, a los cuales lanzó Jehová de delante de los hijos de Israel.)
He desviado un poco lejos de nuestro capítulo, pero esta historia de cómo ve Dios a la humildad no era o por lo menos no debería haber sido un misterio a los discípulos. Así su pregunta de cómo ser grande en el reino parece ser una ignorancia indebida, pero quizás somos nosotros tan lentos como ellos para aprender la humildad. Por eso el Señor Jesús usaba algo muy visible para enseñarlos esta lección. Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos…
Y aunque aquí habla del reino, no olvidemos que estas enseñanzas son para el reino en misterio, el carácter que agrada a Dios mientras se espera el reino en manifestación. ¿Se acuerda de las palabras del profeta Miqueas? Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
Miqueas 6:8 El Señor Jesús también enseñaba que esta humildad no era una cosa de un momento, sino un estilo de vida. Que la tendencia de pensar de los grandes e importantes no había cambiado en el tiempo de los apóstoles, notamos en la epístola de Santiago. Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado…
Santiago 2:1-3
Hemos avanzado poco en este capítulo y hay cosas de mucha importancia, pero mi tiempo hoy día es limitado. Aquí voy a terminar, y esperamos, si el Señor quiere, continuar en el próximo estudio.
Felipe Fournier
14 septiembre de 2025