Léase por favor Juan 17:1-26
Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo…
Como mencionamos la semana pasada, otra vez en nuestro capítulo vemos como el Señor Jesús está conduciendo sus discípulos de una vista terrenal a una vista celestial, una vista cristiana. Así mientras vemos las cosas que el Señor pedía, sin acepción están relacionados con la nueva posición que iban a tener sus discípulos en la época de la gracia. Por hacer una comparación, vemos lo que no pedía.
El Señor no pedía que fuéramos siempre prósperos económicamente. Tampoco pedía que siempre tuviéramos la salud perfecta. Para mí, esto elimina el apoyo por los que predican lo que ha sido llamado el evangelio de salud y prosperidad. Si eso fuera la voluntad del Señor, de seguro hubiera sido mencionado delante del Padre en este capítulo; pero, no lo es. Y así lo dejamos.
Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
Otra vez, vemos la deidad del Señor Jesús, pues sabemos en este momento la obra de la cruz, el derramamiento de su sangre, y la resurrección de entre los muertos aún estaba adelante. Como nos explica en Romanos 4 acerca de Dios llamando a Abraham padre de muchas naciones
cuando ni siquiera tenía hijo, dice Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.
Romanos 4:17 Así este dicho del Señor anticipaba la obra consumada, la obra tan eficaz que no se puede añadir nada. ¡Qué triste es la doctrina de la Misa, tal que enseña que se vuelve a ofrecer a Cristo como ofrenda una y otra vez!
Otra cosa inevitable en el siguiente verso Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
¿Cómo se atreve uno contradecir la deidad de Cristo en vista de este dicho? Como se cuenta de la pregunta que hizo un hermano a uno que negaba la deidad del Señor Jesús “¿y cuando era rico?” Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
2 Corintios 8:9 La gloria de la eternidad pasada con el Padre era su riqueza que dejó por venir a este mundo como el humilde y santo hombre Jesucristo.
Pero es interesante ver como el Señor, en su oración al Padre, le dice tantas cosas positivas acerca de los discípulos. Han guardado tu palabra
; han conocido
; ellos las recibieron
; han creído.
No se habla ni una palabra acerca de sus fracasos e incredulidad manifestado tantas veces. En poco tiempo, como Jesús por supuesto sabia, todos ellos lo iban a abandonar y hacer su fuga. Como en la profecía de Balaam se nos da la vista de Dios por su pueblo escogido. He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición, y no podré revocarla. No ha notado iniquidad en Jacob, ni ha visto perversidad en Israel. Jehová su Dios está con él…
Números 23:20-21 En Apocalipsis 12:10 aprendemos una de las actividades del enemigo nuestro, Satanás. Ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
Así con confianza leemos y creemos a Romanos 8:31 Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Jesucristo, nuestro pontífice, está delante del Padre justo ahora abogando por nosotros, tal como hacía en nuestro capítulo por sus discípulos. Vale la pena pensar de esta vista que tiene nuestro Señor antes de pensar mal de nuestros hermanos, o peor, ser uno de los acostumbrados de criticarlos. Una de pocas cosas negativas mencionadas en el nuevo testamento es el hecho del profeta Elías criticando a la nación de Israel. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo…
Romanos 11:2
Otro tema, una y otra vez mencionado en este capítulo es que los discípulos y nosotros creyentes en el Señor Jesús, somos prendas o regalos dados al Hijo por el Padre. Los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste…
En esto leemos otra prueba de la seguridad eterna del creyente. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.
Se nota destacado como Jesús hizo la diferencia entre sus discípulos y el mundo. Dos veces el Señor dijo No son del mundo…
pero como vemos la semana pasada, estamos en el mundo y aquí tenemos que vivir hasta que el Señor nos saque. Pero el punto es que debe haber gran contraste entre nosotros y el mundo. El mundo los aborreció, porque no son del mundo…
La tendencia nuestra por naturaleza es conformarnos al mundo, pues a poca persona le gusta ser destacado como muy diferente. Pero somos diferentes en el interior y así debe corresponder el exterior. El mismo Juan dijo en el capítulo 2 de su primera epístola No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
1 Juan 2:15-17
Acaso terminamos este capítulo la semana que viene.
Felipe Fournier
3 diciembre de 2023