Léase por favor Marcos 15:21-31
Los hombres, ambos judíos y gentiles, habiendo amontonado sobre el santo e inocente Jesús todas las injurias e insultas que podían, avanzaron en su odio para crucificar el Hijo de Dios. En el evangelio de Juan, donde vemos la dignidad del Verbo, nos dice: Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota.
Juan 19:17 Pero aquí en Marcos, como también en Mateo y Lucas, vemos Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz.
Históricamente, como fueron las circunstancias, no sabremos hasta los días de la eternidad, pero vemos como los cuatro evangelios nos da cada uno su perspectiva divina. Jesús era un hombre de todo, y no podemos pensar por su divinidad que no sentía y sufría en su totalidad el maltrato de los seres humanos, los escupidos, la corona de espinas, el latigazo de su espalada, y lo demás de las torturas con que lo avergonzaron. Jesús, en su vida como el siervo y profeta que vemos en el evangelio de Marcos, nunca usaba su divinidad para protegerse de los trajines de la vida. Tampoco la usaba en estos momentos de sufrimiento a la mano de los malvados enfurecidos soldados romanos y judíos.
Y le llevaron a un lugar llamado Gólgota, que traducido es: Lugar de la Calavera.
Nunca he viajado a Israel y ahora mismo no parecer ser prudente hacer una visita, aunque por muchos años he tenido este deseo, pero he visto fotos de este lugar. Se ve una roca que si tiene la apariencia de una calavera. Pero en su interpretación, me hace pensar de las palabras de apóstol Pablo, contando su historia a Agripa en los Hechos 26:9-10 Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; lo cual también hice en Jerusalén…
Saulo de Tarso era un hombre muy educado, con la mejor educación disponible en aquel entonces. Esta mente, tan capaz y educada, llegaba a la conclusión hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret.
Así el lugar de la calavera nos enseña como la mente humana nunca llega a la conclusión correcta de quien es Jesús. Solo por el poder del Espíritu Santo, impartiendo a nosotros la fe salvadora, entendemos la bendita verdad del Señor Jesucristo, Hijo de Dios e Hijo del hombre. La mente humana, contenido en la calavera, por tan educada que sea, no logra a entender más que los hombres rodeando a Jesús, atormentándolo y crucificándolo.
Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó.
Se dice que esta bebida era como una droga para disminuir los sentimientos, pero Jesús tampoco iba a usar tal cosa. Mas tarde, vemos el cumplimiento de Salmo 69:21 Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre.
Se dice que, entre los sufrimientos terribles de la crucifixión, uno era una sed inaguantable. Pero cuando uno tiene sed, no hay deseo de tomar algo como vinagre, sino agua pura. ¿No nos parece una maravilla el gran contraste de Apocalipsis 22:17? Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
A él le ofrecieron vinagre, pero al pecador arrepentido se ofrece el agua de la vida, y eso gratuitamente. ¡Gloria sea a su nombre!
Para tener las palabras completas del título que Pilato puso sobre la cruz, tenemos que combinar los cuatro evangelios. Sale así Este es Jesús Nazareno, el Rey de los Judíos.
En Marcos vemos el titulo más sencillo, dado el carácter de un siervo humilde, pero a la vez El Rey de los Judíos.
Nuestra evangelista nos indica que los dos ladrones a sus lados, uno a cada lado, era cumplimiento de Isaías 53:12. Fue contado con los pecadores
nos dice Isaías y aquí usa la palabra inicuos. Fue contado con ellos, pero no era uno de ellos, pues como el mismo capítulo 53 nos cuenta nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
En muy pocas palabras, casi como algo pasajera, nuestro capítulo nos cuenta Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes sobre ellos.
No puedo leer este verso sin pensar de las dos señoras hermanas (Corrie y Nolly) de los Países Bajos, quienes escondieron los judíos de los Nazi durante la ocupación de su país en la segunda guerra mundial. Aunque no encontraron a sus judíos escondidos, las encarcelaron y las trataron con mucha crueldad. Una de sus maldades era forzar a estas señoras, ya de edad avanzada, de caminar desnudas delante de los soldados. Tenían mucha vergüenza, pero la una dijo a la otra “O, Nolly, no te olvides que al Señor Jesús también le quitaron sus vestidos.” Creo que Corrie tenía razón; nuestro Señor Jesús, el hombre más modesto en todo el mundo, fue colgado desnudo por aumentarle la vergüenza.
No hay mucho que decir sobre la continuación de las injurias que le amontonaban, a pesar de que ya lo habían crucificado. Pero uno de sus dichos nos calle destacado; A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar. El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos.
Tenemos un himno que cantamos a menudo durante el partimiento de pan en inglés, en el cual hay varias estrofas que empiezan con la línea “A si mismo no podía salvar.” Y es totalmente cierto, aunque no en el sentido que ellos intentaban; si nos iba a salvar a nosotros, no podía salvar a si mismo. Tal sacrificio era necesario y no había otra forma. ¡Gloria sea a su nombre!
Felipe Fournier
1 diciembre de 2024